Documental Les Gouvernants Secrets 1 - André Malby, Andreas Faber-Kaiser y Jimmy Guieu

Documental Les Gouvernants Secrets, André Malby

En el año 1992, André Malby y su gran amigo Andreas Faber-Kaiser colaboraron con Jimmy Guieu en uno de sus documentales, «Les Gouvernants Secrets 1: Nos visiteurs, les extraterrestres» (Los Gobernantes Secretos 1: Nuestros visitantes, los extraterrestres). La temática del documental gira en torno a la ufología, los avistamientos de OVNIs y los encuentros con extraterrestres.

Este documental forma parte de la colección «Les Portes du Futur» (Las Puertas del Futuro) de Jimmy Guieu.

Transcripción Documental Les Gouvernants Secrets 1
André Malby, Andreas Faber-Kaiser y Jimmy Guieu

Jimmy Guieu: Pienso en nuestro amigo André Malby, que es un naturópata y que nos va a hablar de algunos encuentros.

Jimmy Guieu: Entonces, tú has vivido una aventura de esas extraordinarias en España en 1976. Un contacto. Háblanos de ello.

André Malby: Sucedió en Ojén, que es una pequeña población situada a 9km arriba de Marbella, justo encima de una mina de pirita explotada hasta los años 30. Lo asombroso es que, fuera de todo lo que vamos a poder contar, hubo mientras estuve allí, una… una aparición… no sé cómo llamarla. En fin, una noche a las 20h10 hubo un OVNI que se quedó durante 10 minutos sobre el pueblo y que, seguidamente, desapareció al mismo tiempo que el sol se acostaba. Cuando el OVNI se fue a una velocidad extremadamente grande, se quedó en su lugar una nube naranja luminosa, que siguió estando luminosa incluso después de que el día cayese, es decir, luminosa naranja sobre el fondo de la noche. Y a lo mejor duró casi media hora para desvanecerse, para diluirse, grosso modo. Yo estaba ahí, estaba en la plaza del pueblo y hablé con la gente. Concretamente, hablé con gente que estaba en un bar que se llamaba “El Bar de las Viudas” y digo: «Pero bueno, ¿esto qué es?». Y me dijeron: «No se preocupe, es normal, es buena gente. Antes se veía muchísimo más, y antes de la guerra venían siempre». Digo: «Pero bueno, ¿y qué hacen?». Dicen: «Nada, son turistas, pero no beben». No sé si te das cuenta de la implicación. Se trata de hombres que -hay algunos que viven aún hoy- que tenían 75, 76, 78, 80 años… y para los cuales esta aparición, esta presencia exterior, no era más extraordinaria que el hecho de que hubiera coches matriculados en Alemania. Hay que ser muy conscientes.

La visita de la que estamos hablando tuvo lugar cuando acababa de instalar mi laboratorio en esta pequeña población, Ojén. Y bueno, todos los días trabajaba en el “labo” y cuando llegaban las 8, 9, 10 de la noche, pues paraba, ponía mis notas en orden y me volvía a ir hacia mi casa. Y una noche, pues pongo mis notas en orden, etcétera… Y acabo de guardar mis cosas y me voy para volver a casa, pero cuando salgo de la casa, el pueblo está apagado, no hay nadie en las calles, todo el mundo duerme, es… muy extraño. En fin, me digo, a lo mejor es que hay algo especial. Voy, vuelvo a casa, llego a casa, mi mujer duerme, así que no hay comida, todo está apagado... Entro en la habitación, ahí ya era demasiado, así que la despierto y le pregunto. Y parece ser que yo había salido, para mí, de mi laboratorio a las 10 de la noche, pero cuando llegué a mi casa eran las 5 de la mañana. Entre el laboratorio y la casa hay 100 metros. Bueno, ya me empieza a preocupar. Me digo, he trabajado demasiado, me he desmayado… En fin, el tipo de explicaciones a los que estamos acostumbrados. Después de eso, pasa un mes y medio, llegamos entonces al principio del mes de noviembre. Y una noche, de nuevo, cuando creo haber acabado de guardar mis papeles, me los encuentro todos desperdigados. Digo ahí ya es demasiado. Y… empieza a ponerme de los nervios. Y me digo, no sé por qué, hay alguien que me está haciendo algo. Así que preparo un artilugio con cosas muy corrientes. Soy pescador, coloco hilos de pesca extendidos. Hilos de ocho décimas, los hilos de ocho centésimas sólo sirven para pescar los minúsculos alburnos. Me caigo por las escaleras… en fin. Y… espero. Y efectivamente, una semana más tarde, tengo el mismo artilugio, pero antes de irme de mi “labo”, miro y todos los hilos entre la puerta de entrada y el laboratorio -había dos pisos- estaban rotos. Y además de eso, había tres cajas en las que guardaba plantas, muy concretas, que habían sido medio vaciadas. Y a partir de la experiencia de lo que pasa ese día, empiezo a estar un poco alertado.

Al mismo tiempo, cambio en esa época de lugar de trabajo. Es decir, que tengo un laboratorio, que se encuentra justo enfrente del cuartel de la Guardia Civil de Ojén, y donde me conocen bastante bien porque mis destilaciones habían explotado varias veces y hubo cosas escandalosas. Y recupero una casa enorme, a la que llaman “La Casa de las Plantas” en Ojén, y ahí vuelven a empezar las historias. Es ahí donde de golpe pierdo 5 horas, 6 horas, 7 horas, 8 horas… Se vuelve un verdadero coñazo al final. Y llega un día en el que, de repente, pregunto a la gente que hay alrededor, la gente que vive en la misma calle. Y hay una de las abuelas que me dice: «Ah, sí, sí… ¿pero ha visto usted los motoristas que han venido?». Digo: «No». Y ahí me empiezan a describir. Porque yo me acordé de que, mucho tiempo después, los primeros datos que tuve fue de la gente que vivía al lado, que me contaron cómo una pareja vestida de negro, osea, para ellos, motoristas, habían entrado en mi consulta a las 10 de la noche, se habían quedado ahí durante tres cuartos de hora, una hora, y se habían vuelto a ir, pero con toda normalidad. Entonces, es una pareja, él es moreno, ella es rubia, son altos, jóvenes… nada más. Y esta descripción se repite tres veces. Mucho más tarde, mucho más tarde… Porque realmente había llegado a un punto dramático para mí, me tocaba mucho las narices. Después de mucho esfuerzo, conseguí recuperar una imagen. Yo no me acuerdo prácticamente de nada. Las únicas cosas que sé que me robaron, me cogieron plantas que sirven para solucionar problemas de alergias, problemas de asma y problemas de adaptación farmacológica. Me cogieron muestras de materiales que había fabricado en el laboratorio. Y lo único seguro, me acuerdo muy concretamente, dos imágenes, una de uno de los encuentros, y la otra, del otro, en las que tengo a esta pareja delante y no consigo mirarles a la cara, no puedo levantar la cabeza, no puedo mirarlos de frente. En cambio, los veo desde los hombros hasta las rodillas. Están vestidos con una cosa como la de los buceadores. Es negra, pero no totalmente negra, es más bien gris, color pizarra, si quieres. Entonces, lo que me choca y, pienso en eso de lo que conseguí acordarme, que es chocante, es que no veo pliegue. ¿Ves? Mi camisa hace pliegues… Pues no hay ningún pliegue. Y además de eso, sé que hay uno que es un hombre, y la otra es una mujer, pero no hay ningún relieve. No hay pechos, no hay volumen del sexo… no hay nada. Y es simplemente una forma gris pegada al cuerpo sin pliegues. Y es una sensación horriblemente desagradable.

Jimmy Guieu: Gracias a André Malby, conocemos a Andreas Faber-Kaiser, que es el director de Mundo Desconocido, una revista española de calidad, pero que también está al frente de un grupo de investigación.

André Malby: Andreas Faber-Kaiser es, antes que nada, un aventurero del mundo de hoy en día. Es el hombre que ha descubierto la tumba de Jesucristo en Cachemira, es el hombre que ha ido a la Isla de Pohnpei para hacer investigaciones sobre la antigua ciudad de Nan Madol, que se acercaba a la historia increíble de esos seres que consiguieron mover millones de toneladas de basalto sobre centenares de kilómetros. Dice que habla mal francés, pero lo habla. Andreas, ¿qué va a pasar ahora?

Andreas Faber-Kaiser: ¿Que qué voy a hacer yo ahora? Bueno, estoy relanzando la revista Mundo Desconocido, en el ámbito de la lengua española. Ésa es una de mis tareas para el futuro próximo. Y también quiero continuar buscando… los… lugares que hay en la Tierra que son testigos de que estamos en contacto con seres que no son de este planeta, pero que son inteligentes y que… se dice que vuelven… ¿Se dice así? A la historia del hombre, durante toda nuestra historia.

André Malby: Andreas Faber-Kaiser es un hombre que ha acumulado una cantidad de datos absolutamente increíble en este ámbito. El público francés no sabe nada de él y creo que es hora de que se le empiece a descubrir.