Carta desde Lorena - André Malby

Carta desde Lorena, André Malby

Título: Carta desde Lorena
Autor: 
Medio de publicación: Revista «Hora Zutz» nº1
Fecha de publicación: 

En este artículo, escrito en diciembre de 1990 para el número 1 de la Revista Hora Zutz, André Malby vuelve a compartir su particular visión del universo, mezclando ciencia y misticismo. En él, lamenta la desconexión que sufre el ser humano de la naturaleza y el modo en que nuestro estilo de vida está interfiriendo en ella. También señala el excesivo materialismo en el que se ha ido anclando la ciencia y trata, a través de la mención a numerosos investigadores, de reconciliar ciencia y misticismo, que nunca debieron estar reñidos.

Un escrito soberbio que trata desde la memoria del mundo, pasando por el movimiento “New Age” y el funcionamiento de la conciencia, hasta las consecuencias de la sociedad tecnológica en la que vivimos.





Carta desde Lorena
André Malby

La constante aceleración a la que está sometido nuestro mundo impide cualquier reflexión basada en la actualidad. Hemos entrado de pleno en una nueva era, en la cual lo trascendente es la única vía de elucidación del universo que tenga alguna posibilidad de validez.

El ascenso hacia los niveles más intensos de la conciencia no se puede realizar sin haber dejado previamente las cuentas claras en lo que tiene que ver con el mundo donde hemos nacido y el que resulta de la suma de todas nuestras actividades.

Estamos lejos del tiempo en el que Hesíodo hablaba de “…la Tierra de amplio seno, residencia para siempre inquebrantable de todos los seres…”.

El agua, vehículo fundamental de la vida, a través de la cual fluye el “Ki” planetario, está en peligro. Según el doctor Wolfgang Ludwig del Instituto de Biofísica de Horb: “hasta las fuentes están perdiendo su carga vital, su alma…”.

De la misma manera que el hierro puede registrar informaciones a través de sus dipolos magnéticos, el agua podría, dentro de una de sus infinitas variantes (no hay dos muestras de agua que sean equivalentes la una a la otra), almacenar y transportar unas informaciones de tipo energético que bien podrían ser el secreto de la interacción mente/materia.

El profesor Wolfgang Ludwig utiliza la espectroscopia para detectar la presencia de esas “informaciones energéticas diferenciadas” dentro de las acumulaciones moleculares de muestras de agua. Durante milenios y milenios, el agua conservó y almacenó dentro de sus estructuras íntimas la memoria de sus hazañas. Portadoras de vida, las huellas de la evolución y de los accidentes que la caracterizan, yacían dentro de sus moléculas.

Esto perduró hasta que el hombre empezó a producir y utilizar aguas que no habían pasado por el eterno ciclo de la vida en perpetua recreación.

Paulatinamente, las masas de agua del planeta fueron invadidas por otras masas de agua desprovistas de esta memoria de lo vivo. La estructura significativa fue entonces alterada por esta invasión, un poco como una memoria en blanco en la que los espacios significativos estuvieran ya marcados y orientados, impidiendo una normal adquisición del conocimiento.

Soy perfectamente consciente de que esta hipótesis mía estará, con toda probabilidad, muy alejada de la verdad absoluta, ¡si ésta existe…! No obstante, considero necesario el estimular la creatividad y la inteligencia. Creo que las soluciones pertenecen a los poetas, considerándolos como los únicos que participan de la creación en marcha: la poiesis.

Desde hace unos trescientos años, vivimos una inimaginable aceleración de la frecuencia de los descubrimientos. Pero, al mismo tiempo, se produce un fenómeno altamente preocupante: la ciencia se ha transformado poco a poco en una especie de para-religión, tan sectaria como las peores que hayan existido en la historia de la humanidad.

De ella (la ciencia) ha nacido un estilo de vida, dibujado por las revoluciones tecnológicas y unas posturas mentales cada vez más sospechosas e intolerantes. Los “dueños” del paradigma científico se comportan como grandes sacerdotes poseedores de todo pensamiento, de todo saber y de todo progreso humano, portándose, frente al resto de la humanidad, con la correspondiente arrogancia.

Nunca hemos acumulado tantos descubrimientos sobre los detalles y pormenores de la realidad y del universo y, a pesar de este prodigioso crecimiento, es la primera vez, en toda la historia conocida de la humanidad, que la existencia misma de nuestra especie está amenazada.

Según el conde Godehard von Hoensbroeck, el promotor del encuentro internacional “Ecolog 88” en Colonia, “todo parece indicar que el hombre se ha alienado de la naturaleza hasta el punto de excluirse de ella…”.

En el aula magna de la vida se celebra un juicio, en el cual la Tierra polucionada y desfigurada, se yergue frente al hombre, ¡acusándolo…!

La tarea de examinar los argumentos en pro y contra dentro de este pleito “casi” imaginario, resulta poco menos que imposible. A pesar de eso, la única conclusión que se puede sacar de la situación actual, apostando por la inteligencia y la conciencia humana, es que algún día el hombre llegará a organizar sus actos de tal manera que no influirán negativamente en la naturaleza del universo en general, y en la de nuestra tierra, en particular.

Llegado a este punto, me siento obligado a intentar imaginar cómo serán los actos del hombre una vez llegado a la complejidad y verdad necesarias para no interferir con la naturaleza. La respuesta es insoportable o extraordinaria, según cómo se plantea: nada permitiría diferenciar los actos de este ser de lo que consideramos como fenómenos naturales… (!). Este hecho implica que el hombre habría llegado a transformarse en un ser infinitamente sabio y poderoso.

Siguiendo a Paul Davies, que llega a las mismas conclusiones en su libro “God and the New Physics”, debo reconocer que ¡tendría prácticamente las características que se prestan tradicionalmente a las divinidades…!

Al igual que el pez no ve el agua dentro de la cual se está desplazando, estamos todos inmersos dentro de una meta-realidad inimaginablemente densa, rica y compleja.

Somos todos responsables y actores del mundo en el que vivimos, el que vemos y el que apenas llegamos a intuir. Tenemos la obligación de movilizar la fuerza fundamental del universo. Esta fuerza que hace que muchos físicos sepan hoy hasta qué punto la observación de los fenómenos los altera y los orienta. Quiero hablar de la conciencia… ¡ese poder al cual ningún otro poder se puede oponer!

Dentro de las estructuras más finas de nuestra mente se encuentra una fuente inagotable de conocimiento y sabiduría. Ya han aparecido los signos innegables de que algo está cambiando en muchas mentes alrededor de nuestro mundo.

La “Nueva Era” no es una nueva moda llegada desde California como tantas otras. Se pueden ver las etapas de su maduración marcadas en las obras que nos quedan de grandes precursores, luces aisladas en medio de la noche histórica.

Las últimas décadas han provocado la aparición de un mutante imperfecto: el homo technologicus, fruto de las interacciones con los productos de la tecnología moderna. Las prótesis instrumentales que caracterizan nuestra sociedad alargan y amplían nuestros sentidos, así como la finura y sensibilidad de los medios de acercamiento al mundo y a la realidad es cada vez mayor.

Esta ampliación ha servido para tomar conciencia de que todo lo que se puede soñar algún día se realiza. La realidad nace dentro del mundo de los sueños, dicen desde hace milenios los aborígenes australianos, y las últimas direcciones que siguen los investigadores de la interacción mente-cerebro, parecen darles razón.

El neurofisiólogo británico Sir John Eccles, premio Nobel 1963 por sus investigaciones sobre las sinapsis nerviosas, declara que la conciencia es inmaterial, que existe independientemente de nuestro cuerpo biológico y que actúa desde fuera sobre nuestras neuronas. Sir John Eccles, además de estas declaraciones, especifica incluso en qué punto preciso del cerebro tiene lugar esta interacción entre materia y espíritu.

Se trata de la zona cerebral llamada APS o Área Psicomotora Suplementaria, que se encuentra en la zona superior del cerebro. Fue descubierta en 1920 por el neurofisiólogo canadiense Wilder Penfield en el transcurso de sus investigaciones sobre la epilepsia.

Otros investigadores, Robert Porter y Cobie Brinkman, descubrieron que esta zona tenía una actividad eléctrica característica antes de que fuera excitada la zona cortical que rige los movimientos voluntarios.

Más tarde, Hans Kornhuber y Luder Deecke descubrieron que, casi un segundo antes de la ejecución de un movimiento voluntario, el cerebro humano manifestaba un aumento progresivo de su potencial electro-negativo en toda el área psicomotora.

Nils Lassen y Per Roland, de la universidad de Lund, en Suecia, llegaron a poner de manifiesto en 1980, que el acto mental de la intención provocaba la descarga de una célula nerviosa sin que nada, biológicamente hablando, pudiera justificarlo. Este hecho fue lo que empujó a Sir John Eccles a hacer sus declaraciones sobre la naturaleza no física de la conciencia.

A la pregunta de cómo hace este espíritu para aprender las innumerables secuencias codificadas necesarias para hacer funcionar nuestro cuerpo, Eccles contestó que este proceso se prolonga durante toda la vida y que este espíritu penetra dentro del cerebro físico durante la fase embrionaria.

No escapará a nadie la magnitud de tales conceptos, ya que podrían ser el inicio de una reconciliación entre los más materialistas de los científicos y los más sutiles y sensibles de los místicos de todos los tiempos.

Dejemos de momento que la puerta así, entreabierta, no vuelva a cerrarse, confiando en que el espíritu que anima a nuestro cerebro no nació de la nada y que no acabará en la nada.

Lorena, Diciembre 90




Descargar "Carta desde Lorena" (original), de

Descargar en formato .PDF








Descargar "Carta desde Lorena" (fondo blanco), de

Descargar en formato .PDF






Fuentes:
Joaquim Aragó
Rafael Pineda

6 comentarios:

  1. Hola,le interesaria un libro de Andre? El libro es Massie etc..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto que me interesaría adquirirlo. Por favor, contácteme a través del formulario del blog o del siguiente email: andremalbyblog@gmail.com

      Eliminar
  2. Lo tengo en wallapop subido,si buscas malby te saldra.Le dejo mi mail por si le interesa tuliki_66@yahoo.es

    ResponderEliminar
  3. Hola,le sigue interesando el libro,lo tengo un poco caro en wallapop pero si lo quiere se lo dejo mas barato.

    ResponderEliminar
  4. Hola,disculpa le interesara el libro?Lo tengo casi vendido en wallapop por 50€,pero digo a lo mejor te interesa mas ,por el tema de la pagina. Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Al final, la preparación para la iniciación es la semilla de libertad que va disolviendo la complejidad incesaria creada desde la cultura(una ilusion necesaria que rompe con otra), hacia la comunicación plena con lo absoluto, y así, transformar toda esa riqueza de complejidad en arte y simpleza. El primer paso es inconciente e ingenuo, ya es libre, y se encuentra en todo el recorrido de la existencia, por lo tanto no hay premio en el final sino desde el principio al nacer la nueva conciencia que tiene su tiempo de darse cuenta de su nuevo estado. Hagamos que es tiempo sea cada vez menor.
    El nuevo formato de la mente debe constituirse con esa premisa de libertad en cada etapa de la vida.

    Gracias André

    ResponderEliminar