Prólogo de Criterium Naturae - André Malby

Prólogo de Criterium Naturae, de André Malby

Título: Prólogo Criterium Naturae
Autor: 
Medio de publicación: Libro «Criterium Naturae», de Abu Omar Yabir
Fecha de elaboración: 

Este escrito, memorizado y dictado por André Malby a su buen amigo Rafael Pineda, constituye el prólogo del libro de espagiria «Criterium Naturae» de Abu Omar Yabir. Quién mejor para presentar la fantástica obra alquímica de Yabir que André. Y quién mejor para explicar la gestación de este prólogo que el amigo que motivó el encuentro de estos dos grandes y registró este prólogo con su propia grabadora.

«Conocí a Andre Malby desde 1991 hasta su muerte en 2008. A pesar de vivir en Córdoba, tuvimos muchos encuentros en los variados lugares donde vivió todo ese tiempo. Nos hicimos amigos y basamos nuestra relación en el sentido del humor que practicábamos comúnmente. Con el tiempo fui descubriendo que, tras Andrés, se ocultaba un tipo muy serio. Cualquiera que intentase ocultarle algo, tardaba poco en darse cuenta de que se trataba de una labor imposible que, a veces, terminaba con grandes gritos o risas de Andrés.

Sobre el año 2007, en Olot, me habló de que había un señor muy interesante que estaba publicando unos videos en YouTube contando experimentos muy precisos de la Espagiria y de la Gran Obra Alquímica. Me dijo que se llamaba Abu Omar Yabir, que era granadino, y me recomendó que “no me lo perdiese”. A mi regreso a Córdoba, pude contactar con Yabir y... ¡Oh, sorpresa! Se trataba de mi amigo de juventud Manuel Mª Villar Gil, a quien no veía desde hacía diecisiete años (me lo dijo él en nuestra primera charla telefónica).

Poco tiempo después, nos vimos en Granada y me comentó que conocía los trabajos alquímicos de André Malby. Ambos se conocían bien y ambos querían conocerse personalmente. Y yo tuve el honor de presentar el Uno al Otro y el Otro al Uno. Sus encuentros fueron cordiales y entrañables mientras hablaban largos ratos a solas.

Yabir acababa de terminar la redacción del que sería su último libro: “Criterium Naturae”. Me dio una copia del libro para que se la entregase a André Malby y me pidió que le dijese que, si le gustaba, se sentiría muy honrado si pudiese escribir un prólogo de su obra. Y se la di.

Poco tiempo después, en una de mis visitas a las Cuevas de Bacor, me dijo que ya tenía el prólogo prometido. No tenía nada escrito y señaló una pequeña grabadora que llevaba yo. Había grabado bien en su cabeza, en los últimos días, el prólogo y con una breve preparación, me la dictó. Lo que ahora les presento es la grabación original, sin retoque alguno, tal como la dictó Andrés. El tono de su voz es una dedicatoria emocionada a los aprendices buscadores de la Verdad que vendrán tras nosotros y heredarán la tierra.»


Me ha quedado un poco serio, y quisiera terminar con una pequeña dosis del extraordinario sentido del humor que siempre acompañó a Andrés Malby:

Una foto de gánster sentado en el sillón original donde se rodó la película “Emmanuelle”.

André Malby con su arma


Un super expresivo mensaje de audio dedicado a los inventores de los aparatos con pantallas.



Rafael Pineda,
Córdoba, junio de 2020.




Cueva de La Baraka
estando la luna de Aries
en su cuarto creciente


Al entrar en este tratado teórico-práctico de Espagiria que Yabir dedica como guía a su hijo, hay que acordarse que –como el autor subraya– el silencio cuenta más que las palabras, y lo que hay en este silencio dirige directamente hacia el Ars Magna, siendo su hija menor la Espagiria: el primer escalón de una larga trayectoria de vida, conciencia y actos.

En mis últimos cincuenta años de estudios, observación y experimentación me he cruzado con millares de libros y de personas que poco tenían que ver con lo que pretendían.

Hacía falta algo que, salvo excepciones como el “Tratado de los Secretos Químicos” de Pierre Jean Fabre, nos dé un camino claro y referenciado que permita actuar de verdad a quien decide emprender el largo camino de los enamorados de la Naturaleza.

Hay que apuntar que la parte práctica presupone un ingrediente fundamental, del cual casi jamás se habla, y que es la Paciencia.

La Paciencia implica cambios de conciencia que son realmente fundamentales, ya que cualquier obra presupone una nueva toma de conciencia con la cual lo que se producirá hará de manera segura el mismo efecto que un rayo.

El sentimiento del Yo es al final lo que nos diferencia del universo exterior, que constituye la garantía de nuestra libertad, pero nos prohíbe una comunicación y una comunión consciente con el universo. De hecho, es la piel. Pero si, al revés, el sentimiento individual llega a la disolución de nuestra propia voluntad, entonces surge una percepción global en la cual desaparecen el sujeto y el objeto a cualquier nivel que sea. El Universo y Uno mismo no son desde entonces más que UNO. En Uno todo indecible.

La plenitud que se produce entonces es tal que, todos los lenguajes del planeta y de la historia unidos, no bastarían para explicar la naturaleza real de la experiencia.

Las personas que lo hayan vivido voluntariamente o accidentalmente adquieren entonces la certeza absoluta de que el Ser es y lleva en sí mismo su propia explicación. Certeza tan luminosa y tan intransmisible que los temas religiosos, los más ricos del mundo, se parecen comparativamente a unas buenas y grandes estafas.

Estos pensamientos están derivados de los trabajos de “Loïc Tréhédel”, que ha querido guardar el anonimato.

Los procesos que vais a utilizar tanto en Espagiria como en Alquimia, si seguís todas las indicaciones que hay en esta obra, puesto que detrás de cada párrafo, de cada capítulo, de cada parte de este escrito, yace una indicación inequívoca hacia el Ars Magna.

Los procedimientos que usarán son de dos tipos: seleccionar formas metálicas en el caso del Ars Magna o vegetales en el caso de la Espagiria.

Las más estables serán unas sales metálicas que pueden fácilmente descomponerse, sean metales puros de los cuales se cansa la estructura por un tratamiento particular.

La lenta maduración inducida por calor, ácidos, solventes, tiempo, hacen que la materia pase entonces a ser realmente simple y pueda liberar el mercurio filosófico tal y como Yabir os lo enseña. Este mercurio filosófico, que es una especie de metaleidad sutil, no tiene ya nada que ver con el metal, y sus propiedades son las de un solvente universal capaz de disolver sin corrosión los minerales más puros y más inalterables. Su interés mayor consiste en hacer a su vez que los metales y los minerales fermentescibles lo sean en un muy corto plazo de tiempo, cuando la producción inicial reclama largos meses si no, a veces, años.

El laboratorio que vais a montar siguiendo las indicaciones de la última parte de esta obra os servirá para acercaros al fundamento mismo de esta relación entre Universo y Conciencia. Los pasos son entonces inequívocos.

Andrés Malby,
el Wahrani.




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Fuentes:
Rafael Pineda

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